12/10/10

Voceando noticias y Metro de Madrid

Hoy he voceado las noticias de La Pastilla Rosa por última vez. Ha sido una experiencia interesante que ya satisfizo mis expectativas relacionadas a esa acción. Por ejemplo, el martes de la semana pasada, en la Cuidad Universitaria, una estudiante me comentó que, dos días antes, me había escuchado vocear la notica “La Iglesia católica ha sido abolida en Bolivia” por el barrio de Lavapiés, y siguió creyendo eso hasta el momento en el que conversamos. No contrastar la veracidad de la información que oímos o leemos en nuestro informativo habitual es algo común en nosotros. ¿Qué hacer cuando todos los medios se ponen de acuerdo para vendernos algo como la necesidad de comprar la vacuna contra un supuesto virus? En todo caso, las historias de La Pastilla Rosa no buscan tergiversar la realidad, sino, ampliarla y matizarla, entre otras pretensiones.

En los próximos días me instalaré en algunas bocas del metro de Madrid para repartir ejemplares como lo hacen los periódicos gratuitos —cuatro mil de los ejemplares impresos están destinados a ello—. Quienes lean La Pastilla Rosa en el trayecto a su trabajo viajarán dentro de la realidad del relato o relatos que elijan leer. Quizá, para algunos, la ausencia de la frontera entre ambas realidades les dure hasta regresar a casa o quién sabe…

En el vídeo que viene a continuación hay una breve muestra de los primeros sitios donde voceé las noticias, buscando que los transeúntes vivieran en el plano de realidad de La Pastilla Rosa, durante unos minutos o semanas. Los dos primeros días, con el fin de documentar el proceso, estuve acompañado por una persona que me grababa, pero eso le restaba un poco de credibilidad a la acción. El tercer día fui solo y registré algunas imágenes con mi cámara de vídeo. El cuarto, únicamente tomé un par de fotos. A partir del quinto día, nada de rarezas. ¿Quién va a su trabajo con una cámara para retratar a sus clientes? Eso sí, desde el primer día, mantuve una gran seriedad ante cualquier mirada dudosa que buscaba una sonrisa que le dijese “no es verdad”. Incluso, cuando una persona me preguntaba directamente sobre una noticia o sobre el origen del periódico, yo respondía dentro de la realidad que se había creado, como un personaje más.







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